La Vara de Gandalf – No todas son iguales

Hará una semana y pico del ataque a Salman Rushdie,y como en este mundo efímero cada día sale una movida que sustituye a la del día anterior, antes de que ese ataque cobarde caiga en el olvido, voy a dar mi opinión sobre cómo han sido los titulares de la prensa generalista con este caso.
Como cabía esperar no ha habido sorpresas, palabras como “fanatismo religioso” son las que han protagonizado esos titulares. No fanatismo islámico, o islamismo radical por favor. No, fanatismo religioso en general, no vayamos a parecer unos intolerantes xenófobos.
Incluso algunos diarios digitales llegaron a decir que se desconocían los motivos del ataque, como si cupiera la posibilidad de que Salman Rushdie encendiera un cigarrillo en un restaurante, y un fundamentalista antitabaco se le echara al cuello.
Soy español pero vivo en el extranjero, hará cerca de un año que un servidor junto con su mujer e hijos se mudó a Polonia por motivos que ahora no viene a cuento. Dicho esto, como agnóstico con ascendente creyente, y residente en un país que muchos calificarían como ultracatólico -aunque en realidad sólo es católico consecuente a secas-, afirmo que en la actualidad sólo veo fanatismo religioso y violento por parte de una religión. Y siento tener que decirlo.
Nunca ni en España ni en Polonia he visto a ningún cura, obispo o Papa ordenar que se atente con la vida, de por ejemplo, algún artista que haya mezclado imaginería católica y posturas sexuales en su obra, y eso que los hay a patadas. Aunque esos “artistas” crean que han sido originales y transgresores.
Desde la Iglesia tampoco se ha ordenado eliminar a ningún cineasta que tratara la figura de Cristo muy lejos de como lo aprobaría la propia Iglesia, como hizo Martin Scorsese en La última tentación de Cristo. Sí, claro que cuando eso ha ocurrido han salido asociaciones o particulares protestando, pero nada más. Una cosa es que algunos fieles expresen su indignación, y otra muy distinta es que desde las altas esferas oficiales de la Iglesia se dicte una orden de ejecución.
Esa cuñita de: “todas las religiones son iguales” no la discutiría hace unos cuatro siglos, pero es que vivo en el 2022. Decir eso ahora me parece una bobada, una petulancia bienqueda, un comodín equidistante para no mojarse. Y en la vida, si es que te quieres empapar de ella, llega un momento en el que te tienes que mojar
Porque cuando alguien dice: todas las religiones son iguales, yo puedo decir también que todas las ideologías son iguales. Y luego puedo decir que todos los partidos son iguales, y que también todos los políticos son iguales. Y después que todos los equipos de fútbol son iguales, y todos los grupos de rock son iguales, y todas las putas series son iguales. Y que al fin, todos somos iguales y por lo tanto, tú eres igual que Irene Montero, o yo soy igual que Gabriel García Márquez.
Pero ya sabemos es el motivo por el cual la prensa generalista actúa así: blanquear la religión de la paz, y cuando a ésta se le vaya la mano, como es habitual, no achacarlo a su doctrina particular, achacarlo a la religión en general. El mensaje que da esa prensa globalista es: si tienes un sentido religioso de la vida, si eres católico o cristiano, no creas que estás exento de responsabilidad en el ataque a Salman Rushdie, porque siendo religioso tú también eres culpable.
El mensaje que da esa prensa globalista es: si tienes un sentido religioso de la vida, si eres católico o cristiano, no creas que estás exento de responsabilidad en el ataque a Salman Rushdie, porque siendo religioso tú también eres culpable.
No sé cuál es el estado de Salman Rusdhie, me imagino que estará grave, creo que ha perdido un ojo. Desde aquí un abrazo y desearle que se recupere pronto. Si se hubiera metido con Jesús o con San Pedro, en vez de con Mahoma, ahora mismo estaría revoloteando por la pradera sin ninguna preocupación. Como tiene que ser.